¿Para qué escribo? Para contar mi historia, una más entre tantas historias de madres, pero no una cualquiera porque es la que me toca. Para contactar madres o padres de la blogósfera, cual botella al mar. Para mantener mi escritura activa. Para registrar momentos mientras mis chiquitos crecen vertiginosamente rápido.

sábado, 24 de noviembre de 2018

Estar bien para ellos y para mí

No vengo escribiendo últimamente. O como suelo decir, a veces la escritura profesional se fagocita a la escritura creativa. No me puedo quejar, he estado con bastante trabajo. A veces más de lo que puedo manejar, y fue el caso de esta semana: después de habernos dado el lujo de tomarnos tres días de vacaciones familiares en la playa, llegamos y el gordo se enfermó. Tuvo una fiebre altísima, le llegó a más de 40º, cosa que me aterrorizó por más que la pediatra diga que no es grave de por sí. Estuvo 4-5 días mal, y recién hoy está un poco mejor.
Pero esta, para mí fue una semana perdida, al menos laboralmente. No me podía concentrar, además de que dediqué mucho tiempo a ponerle paños fríos, tenerlo a upa y llevarlo a controles médicos. Las noches sin dormir, los pendientes atrasados, y ocuparnos -al menos un poco- de nuestra hija mayor nos dejó agotados a ambos. Las enfermedades, ya lo he dicho, sacan lo peor de mí. Pero cuando tenés hijos a tu cargo, y más cuando es alguno de ellos quien se siente mal, no podés permitirte estar mal vos.
Ha sido un año bastante difícil en algunos aspectos. Hay momentos en los que puedo enfocarme en la gratitud por todas las cosas buenas que tengo en la vida. Y hay veces en las que me dejo llevar por la ansiedad y me siento desesperanzada, agotada, y no está bueno. Y otras veces me desquito con Javi, que se banca todas hasta cierto punto, pero que cree que a mí a veces es mejor no decirme nada. Y el diálogo se enfría, la casa se pone tensa. No está bueno porque la infancia de mis nenes se pasa rápido y quiero disfrutarla a pleno, porque ellos se merecen que yo sea, o al menos trate de ser, la mejor versión de mí que me resulte posible día a día. Y yo también me lo merezco.

Tengo que encontrar maneras de estar bien para ellos y estar bien para mí.