¿Para qué escribo? Para contar mi historia, una más entre tantas historias de madres, pero no una cualquiera porque es la que me toca. Para contactar madres o padres de la blogósfera, cual botella al mar. Para mantener mi escritura activa. Para registrar momentos mientras mis chiquitos crecen vertiginosamente rápido.

martes, 1 de enero de 2019

Pequeñísimas resoluciones, ¿grandes resultados?

Hoy, primer día del año, es un momento tan bueno como cualquier otro para trazarse un plan de acción que pueda mejorar tu vida. Ya sé, el cambio de año es una pavada si tenemos en cuenta que la Tierra sigue girando y que blah. Lo cierto es que hace varios años que vengo escribiendo mis resoluciones de año nuevo, y varias de ellas las vengo cumpliendo bastante bien. Sé que a muchas personas les pasa que las abandonan muy pronto, a mí también me pasaba, sobre todo cuando son demasiado grandes o abstractas ("escribir ficción", "mejorar mi relación con X", "cuidarme más").
El año pasado (recién pasado) me di cuenta de que a veces lo que cambia para bien la vida son cambios muy chiquitos, imperceptibles, en lugar de resoluciones enormes. Antes de pensar las de 2019, me propuse ver de qué pequeñas maneras mi vida cotidiana mejoró en 2018 con algunos cambios igualmente pequeños.

¡Salen espectaculares!
- En lugar de "comer más sano y variado", me propuse sumar determinados alimentos: empecé a desayunar copos de avena al menos dos veces por semana en lugar de pan, reemplacé el huevo frito por deliciosos huevos mollet -más sanos e igual de ricos, lo juro- y volví a incorporar brócoli en mi mesa familiar (mis hijos lo aceptan mezclado con otras cosas).
- En lugar de "cuidar mi imagen personal", decicí maquillarme todos los días para ir a trabajar, cosa que nunca antes había hecho en la vida. El look a cara lavada está bien para el sábado a la tarde, pero con 30 y largos años, ya creo que en el trabajo me hace ver un poco descuidada. Sorprendentemente, maquillarme un poco me lleva menos de cinco minutos, y pude sostenerlo todo el año.
- No cambié de trabajo ni de profesión, pero sí elaboré dos nuevas secuencias didácticas para implementar en el aula: una, con El espejo africano de Liliana Bodoc, y otra, con Odd y los gigantes de hielo, de Neil Gaiman, dos autores a quienes admiro mucho. Mis alumnos trabajaron bien, los disfrutaron, y a mí me trajo aire fresco el renovar el programa y no "tocar de oído".
- Y hablando de tocar... no, no me propuse convertirme en una gran música -ya uno en casa es suficiente- pero sí quise aprender un nuevo instrumento, me compré el tin whistle y hace varios meses que vengo practicando algunas canciones con tutoriales de YouTube.
- Como desde hacía años me costaba conciliar el sueño los domingos a la noche, decidí convertirlos en "noche de película para una". Es un rato donde elijo alguna peli que tengo ganas de ver, y aunque termine acostándome tarde, duermo la misma cantidad de horas que antes con el beneficio de que se me extiende simbólicamente el fin de semana.

¿Qué me gustaría lograr este 2019?

De la pileta no me saca nadie.
- No me propongo simplemente "sostener el ejercicio", ya que vengo haciendo natación desde hace 2 años de manera casi ininterrumpida y lo considero un objetivo bien cumplido. Para este año quiero dos pequeños cambios: uno, mejorar mi brazada de crol; dos, hacer una experiencia de nado en aguas abiertas (algo que en mi club se organiza para noviembre, tengo mucho tiempo para prepararme).
- No me propongo publicar un libro de ficción, algo que hace años está en mi lista de pendientes. Pero sí un cuento breve, nuevo, ¿tal vez un fanzine?
- No me propongo borrarme de todas las redes sociales, que me quitan mucho tiempo. Pero sí pasar menos tiempo conectada. ¿Establecer horarios "computer-free"?
- No me propongo salir solos con mi pareja una vez al mes: misión imposible destinada al fracaso. Pero sí una vez cada tres meses en lugar de una cada seis, tal vez agendar la cita previamente con mucha anticipación. ¡La primera ya la tenemos!!! Nos vamos a ver a Paul McCartney en marzo.

Y no, no me puse objetivos puntuales en los que a maternidad se refiere. Mi objetivo es seguir viendo crecer a mis hijos y tratar por mi parte de que se sientan felices y seguros. Las pequeñas acciones para lograrlo son las que vamos descubriendo juntos día a día.

¡Muy feliz año para todos!