¿Para qué escribo? Para contar mi historia, una más entre tantas historias de madres, pero no una cualquiera porque es la que me toca. Para contactar madres o padres de la blogósfera, cual botella al mar. Para mantener mi escritura activa. Para registrar momentos mientras mis chiquitos crecen vertiginosamente rápido.

jueves, 8 de diciembre de 2016

4 años

Hace hoy 4 años me convertí en mamá de una personita sorprendente: inquieta, curiosa, divertida, desafiante, contestadora, rebelde, precoz... Hay quienes me dicen "pasó volando el tiempo". Para mí no es tan así: en realidad, me resulta muy difícil recordar cómo era mi vida antes de tenerla a ella. Todo lo ocurrido antes de los últimos 4 años a veces se me hace tan lejano...

Dani vino al mundo aquella madrugada de 2012 y yo no me encontraba lista para ella. Esa primera maternidad me tomó desprevenida como una tormenta que te agarra en medio de una avenida sin paraguas a mano. Me costó mucho aprender a disfrutarla, a aprovechar cada momento que compartimos, a darme cuenta de que crece rápido y de que no hay vuelta atrás. Hoy estoy muy contenta porque cumple 4 años, pero no estoy apurada porque deje de tener la edad que tiene.
Esta tarde conversaba con Quiqui y le decía que él tiene que estar muy agradecido con su hermanita, porque con ella yo aprendí a ser mamá. Que seguramente, pueda ser mejor mamá para él de lo que fui con Dani en los primeros tiempos (y a veces aún ahora: una nunca deja de ser primeriza con su hijo mayor, como bien lo dicen Ingrid Beck y Paula Rodríguez en un libro que un día de estos reseñaré).
Hoy doy gracias a Dios, a la vida, a la naturaleza, al destino, a los astros... por tener en mi vida a esta hijita que llena mis días de alegría, de dolores de cabeza, de preguntas, de charlas compinches, de negociaciones, de fantasía e imaginación, de abrazos y besos, de "te amo, mami" y también de "estoy enojada CON VOS!". Disfruto compartiendo con ella lecturas de cuentos, canciones, chistes, juegos de mesa, películas, tardes de plaza, mates, ratos en la cocina y la eterna rutina a la hora de irse a dormir. Adoro verla haciéndole "payasadas" a su hermanito menorrr y dándome un beso apurado cuando nos acercamos a la puerta del jardín. Extraño un poco nuestras "noches de chicas", pero con la ayuda de papá reloaded, sé que pronto iremos reencontrando nuestros momentos.

Feliz cumpleaños, Dani, mi chiquita grande, mi enana, rebelde de la siesta, hija y hermana mayor, reina de cada uno de tus mundos imaginarios y de mi corazón de mamá inexperta! ¡Te amo con toda el alma!

Y feliz día también para mí: hoy hace 4 años que me recibí de mamá. O, mejor dicho, que comencé la carrera. La más difícil y la más hermosa del mundo.

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