¿Para qué escribo? Para contar mi historia, una más entre tantas historias de madres, pero no una cualquiera porque es la que me toca. Para contactar madres o padres de la blogósfera, cual botella al mar. Para mantener mi escritura activa. Para registrar momentos mientras mis chiquitos crecen vertiginosamente rápido.

jueves, 27 de octubre de 2016

Primeras veces con los dos

¡Por fin pude salir un poco! Ayer tuve control con mi obstetra y me dio permiso para ir retomando mi vida normal (¿será posible una vida normal con una nena y un bebé?). Así que hoy me ocupé de llevar a Dani al jardín de infantes, por supuesto con Quiqui bien instalado en su cochecito. Creo que el gordo ni se dio por enterado del paseo.
Claro que para mí fue bastante complicado: el bebé se largó a llorar mientras yo preparaba la leche para su hermana, tuve que prenderlo de la teta y desayunar con una sola mano, además de dejar la casa patas para arriba para que no se me hiciera tarde porque para la entrada del jardín, a diferencia de para la teta, sí hay horarios que cumplir. El cochecito resulta que no entra en el ascensor así que hay que llevarlo plegado. Pero cuando pienso que estuvimos a punto de mudarnos a un segundo piso por escalera, cierro la boca. No me puedo quejar, ¡al menos hay ascensor!
Además, quilombos aparte, me hizo bien salir. Y no solo a mí. Para Dani habrá sido importante ver que de nuevo soy yo quien se encarga de despertarla, vestirla, prepararle el desayuno (y perseguirla para que se lo tome), peinarla... está buenísimo haber contado con su papá durante todos estos días, pero la verdad es que yo también extrañé nuestra rutina juntas.
Hace un par de noches también me tocó por primera vez quedarme sola en casa por varias horas con los dos chicos, y todo salió bastante bien. Cuando su papá está trabajando o estudiando, con Dani siempre decíamos que era una "noche de chicas" y ahora en cambio es de "mamá con los nenes" o de "chicas con bebé" como dijo ella.

Creo que estoy valorando más los momentos que comparto con mi hija mayor. Siento que ser mamá de dos me ha renovado como mamá, me ha dado una energía extra (aún durmiendo pocas horas) que cuando fui mamá por primera vez no tenía. Tal vez gracias a Quiqui pueda ser mejor mamá también para Dani. Y seguro que gracias a lo que vengo viviendo con Dani puedo ser mejor mamá para Quiqui.

Hoy estoy contenta y me siento muy optimista.

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